Responsabilidades del
príncipe y la Princesa de Dios
“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras
maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.”
Cuando de niños fantaseábamos con ser un príncipe o
una princesa, lo primero que se nos venía a la mente era la corona, los
vestidos, la fortuna y todas las comodidades propias de vivir en un castillo,
incluso con gente a nuestro servicio, aún para facilitarnos las tareas
cotidianos. Pero no nos detenemos a pensar en las obligaciones y
responsabilidades que conlleva ser parte de una familia real. De igual manera,
los hijos de Dios, a veces, pensamos mucho en las bendiciones, pero no queremos
ni hablar de las palabras “Responsabilidades o Pruebas”.
“Y que El te pondrá en alto sobre todas las naciones
que ha hecho, para alabanza, renombre y honor; y serás un pueblo consagrado al
SEÑOR tu Dios, como El ha dicho.” Deuteronomio 26:19
Ser príncipe implica estar a la vista de todos, en un
lugar alto, de privilegio, con mucha exposición. Nosotros, como hijos de Dios,
también somos príncipes y es nuestra responsabilidad representar a nuestro
Padre delante de todos, por lo cual es muy importante nuestro buen testimonio,
debemos actuar con la dignidad que ese puesto requiere. Ahora cuando hablamos
de un príncipe de Dios esto implica aún más responsabilidades, porque el
llamado es el de parecerse a su Rey!
“Porque eres pueblo santo para el SEÑOR tu
Dios; y el SEÑOR te ha escogido para que le seas un pueblo de su exclusiva
posesión de entre los pueblos que están sobre la faz de la tierra.”
Deuteronomio 14:2
“Y el SEÑOR ha
declarado hoy que tú eres su pueblo, su exclusiva posesión, como El te
prometió, y que
debes guardar todos sus mandamientos” Deuteronomio 26:18
El hecho de ser príncipe, no lo exime del cumplimiento
de las leyes vigentes en su reino, de la misma manera, los cristianos estamos
llamados a ser Santos, apartados del mal, y a obedecer la ley de Dios y su
palabra, a pesar de que estemos pasando por pruebas ¡Por eso una princesa o un
príncipe de Dios, tiene que esforzarse y ser muy valiente! Dios te escogió, El
sabe quién eres, y que puedes.
“Despierta, despierta, vístete de poder, oh
Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa.” Isaías 52:1
Si todavía no has estado cumpliendo con tus
obligaciones y responsabilidades que demanda ser un príncipe de Dios
¡Levántate! No eres cualquier persona, eres de la realeza ¡Vístete de poder
como el príncipe que eres! Da el ejemplo y más si estas pasando problemas ¡No
te rindas! Dios te confió ese cargo por amor, y si lo haces bien ¡Te aseguro
que pronto disfrutaras de los beneficios!
¡No permitas que los problemas te hagan dudar de
quién eres en Cristo!
Bendiciones, A. Marie